Cuando habitualmente aquietes la mente en el desierto de los pensamientos; te sumergirás desde el corazón en el silencioso océano de la Conciencia Crística y cruzarás la puerta mística a la Conciencia Cósmica; verás el sonido interno, y si pones la suficiente atención, escucharás la luz en tu interior. Conocerás al verdadero Maestro que mora en ti, entrarás en el gozo Divino y no querrás volver a salir nunca más, comprenderás que el mundo es de los silenciosos y que la mejor forma de compartir tal plenitud, tal dicha y tal Amor, es desde el silencio de tu Corazón.
Gracias por darte cuenta de tu valioso rol en este gran Plan…
Ariel Bojorquez