El principio del ego, ahamkara (literalmente -yo hago-), es la causa fundamental del dualismo o la aparente separación entre el hombre y su Creador. Ahamkara ocasiona que los seres humanos caigan bajo el dominio de maya (ilusión cósmica), por medio del cual el sujeto (ego) aparece falsamente como objeto y las criaturas se imaginan a si mismas como creadoras.
¨¡Nada hago por mí mismo!».
Así debe pensar el que se ciñe a la verdad de las verdades. (…)
Considerando siempre: «Éste es el mundo de los sentidos que juegan con los sentidos». (V:8-9).
Al ver, ve en verdad aquel que realmente reconoce que las obras son el proceder acostumbrado de la Naturaleza, para el adiestramiento del alma;
aún cuando actúa, él no es el agente. (XIII:29).
Si bien Yo Soy
no-nacido, eterno, indestructible y
el Señor de todo lo existente, no es menos cierto que — mediante Maya, mediante mi magia con la que modelo las flotantes formas de la Naturaleza, la inmensidad original vengo, y voy, y vengo. (IV:6).
Difícil es
rasgar ese velo divino de variadas sombras
que Me oculta, sin embargo, quienes Me adoran logran atravesarlo y van más allá de él. (VII:14).
— Baghdad Guita (traducido de la versión inglesa de Sir Edwin Arnold)